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Gitaná Flamenca con Manuel Medina

Manuel Medina, bailador y cantador de Granada, Andalucia, radicado en Guayaquil, nos dio una maravillosa velada con la pasión del flamenco, en la pre-inauguración de la nueva sede del Casal Catalá de Guayaquil.
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Con lleno total, se realizó el primer evento en la nueva sede del Casal que se movió geográficamente muy poco, de Mirtos 708 a Mirtos 706a, siempre entre Ficus y Guayacanes, en Urdesa Central. La nueva sede, ha sido adecuada para realizar eventos culturales, tanto de difusión de la cultura catalana, como actividades de integración con la comunidad local.  Este evento apunta a que se conozca Cataluña, con la realización de actores culturales locales.

Los más de noventa asistentes tuvieron además la oportunidad de degustar de Tortilla Española, Vino y Sangría, y el clásico catalán Arroz Negre, de mano del amigo del Casal y chef madrileño, Fran Gracia.

 

Jaime Roura Dávila, presidente del Casal Catalá de Guayaquil, dio la bienvenida a los presentes, público, músicos y colaboradores. Agradeció al equipo de trabajo del Casal que hace posible eventos de calidad, como los que presenta la organización cultural que él preside.


Ana María Adum, la bailadora de flamenco de conocida trayectoria en el ámbito del género, colaboró con el show de Manuel Medina.

 

Mero Malla, gitano catalán, tocó la guitarra y cantó con ese estilo tan auténtico.  Mero ya se presentó en anterior ocasión en el Casal, con su Rumba Catalana.  Roberto Ríos, de depurada técnica, acompañó a Manuel, Mero y las bailadoras. También Roberto ejecutó un tema de Paco de Lucia.

 

 

Manuel Medina representó una escena donde simulaba estar en el camerino, esperando para entrar al verdadero escenario. Así,  compartía con el público, las preocupaciones de la llegada de los músicos, la preparación y ensayo que forman parte de este momento previo al espectáculo.  Manuel llega primero y los pensamientos los conversa con Rocío, su compañera.

Poco a poco comienzan a llegar los bailadores y músicos, liberando progresivamente la tensión y dando lugar a una mezcla misteriosa de ensayo e improvisación.

Karina Matamoros, la bailadora destacó sus recursos de  velocidad y precisión, acompañados de una gran energía. Todo al  ritmo de un taco de Manuel, palmas y guitarra.


El público encantado con el espectáculo, aplaudió durante cada una de las intervenciones y al final.

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