Ya estamos en junio y eso sólo puede significar una cosa, que llega el verano: sol, playa, fiesta, cocktails, vacaciones y una noche mágica: San Juan. El 24 de junio no sólo es el día del nacimiento de San Juan Bautista, predicador judío, es también el día en que se celebra la fiesta pagana del solsticio de verano, la noche más corta y el día más largo del año.

Esta noche, llena de misterios, secretos y magia, ha sido el centro de miles de leyendas españolas. Muchas de ellas comienzan alrededor del fuego. Las hogueras de San Juan son un rito pagano que se ha extendido hasta nuestros días. La finalidad del fuego era la de aportar fuerza al Sol, que a partir de ese día, comenzaría a perder potencia, siendo los días cada vez más cortos y las noches más largas.
Otros, hablan de sirenas que se esconden en cuevas cercanas a castillos que se llevan el alma de quien las mira. Pero hoy no he venido a hablaros de leyendas de San Juan al estilo de Cuarto Milenio, hoy he venido a explicaros los misterios y la magia de la coca de San Juan.

Curiosidades de la coca de San Juan

Para los que lo desconocen, la coca es el dulce catalán más conocido en el mundo y uno de los platos de más tradición mediterránea. Podríamos decir que es prima hermana de la pizza si la hacemos en su versión salada.

Algo que para muchos resulta digno de explicación es su nombre; ‘coca’, en occitano ‘còca’, del que muy pocos saben su origen o siquiera se imaginan su significado. Y es que este término, tiene raíces holandesas; proviene de la palabra ‘kok’ de la que también se derivan las palabras ‘cake’ o ‘Kuchen’ y cuyo significado es pastel, por eso se acuña este término a diferentes pasteles, tortas y postres. ¿Has visto? Nunca te irás a la cama sin aprender algo nuevo.

De entre todas las ‘cocas’, la coca de San Juan es la reina, la más popular y festiva de toda Cataluña, cuyo clímax es la verbena de San Juan, llegando a vender hasta 1,6 millones de estos dulces. ¡Guau!

Como otros platos típicos de Cataluña, la invención de la ‘coca’ nace de la necesidad de aprovechar la masa restante del pan. Las amas de casa, o por lo menos, aquellas que tenían imaginación para inventarse un postre con masa, las cocían y las azucaraban, dando lugar a un nuevo postre. ¿Te sumas a esta tradición pastelera?